Descripción y características

La madera laminada encolada (MLE), también conocida como Glulam (abreviación del inglés glued laminated timber), es un material estructural compuesto por la unión de varias láminas de madera aserrada. Estas láminas, de entre 6 y 45 mm de espesor, se encolan y prensan entre sí con las fibras orientadas en la misma dirección. El proceso se realiza bajo condiciones controladas en fábrica, utilizando adhesivos estructurales resistentes a la humedad y a las condiciones climáticas. Esto permite obtener elementos de gran longitud, espesor y con una amplia variedad de formas, incluyendo piezas curvas o con geometrías complejas, que serían imposibles de lograr con madera maciza.

Una de las principales ventajas de la madera laminada es su alta capacidad portante en relación con su peso. Gracias a ello, es posible cubrir grandes luces —desde los 8 hasta los 70 metros, dependiendo del diseño estructural— con elementos mucho más ligeros que los de acero u hormigón.

Existen dos tipos principales de madera laminada según las clases resistentes de las láminas utilizadas:

  • Madera laminada homogénea (GLh): todas las láminas empleadas pertenecen a la misma clase resistente.
  • Madera laminada combinada (GLc): las láminas exteriores, sometidas a mayores esfuerzos, tienen una clase resistente superior a las del interior. Su disposición debe cumplir con las proporciones establecidas en la normativa.

La fabricación y uso de la madera laminada están regulados por la norma UNE-EN 14080:2022, que establece los requisitos técnicos y de calidad necesarios para garantizar la seguridad estructural y durabilidad del material.

Una de las características más destacadas de la madera laminada es su versatilidad, tanto en formas como en aplicaciones. Aunque se utiliza principalmente en forma de vigas, también puede emplearse como pilares, cerchas o en estructuras con necesidades especiales, tanto desde el punto de vista estructural como arquitectónico.

Propiedades generales

Dimensiones Ancho ( 80 – 300) mm
Alto (80 – 2000…) mm
Longitudes 8 – 14 (Max. ~70) m
Densidad nominal ρ < 435 kg/m3

Propiedades mecánicas

Resistencia a la tracción paralela 16,5 N/mm2
Resistencia a flexión  fm,g,k  24 N/mm2

Protección frente al fuego

Reacción al fuego (Euroclase)  D-s2, d0

Propiedades térmicas

Conductividad térmica, λ  0,13 W/mK
Calor específico, Cp
1.600 J/kgK

Salubridad

Factor de resistencia a la difusión del vapor de agua (μ) 20

Durabilidad

Emisión de formaldehído E1 – E2

* Valores según la información declarada por algunos fabricantes sobre su producto y, en su caso, de la solución constructiva concreta.

El proceso de fabricación de la madera aserrada inicia con la llegada de los troncos al aserradero, donde se seleccionan y preparan para su transformación. Tras eliminar ramas y corteza, los troncos se cortan en piezas de diferentes dimensiones mediante sierras especializadas, obteniendo tablas, tablones o vigas según las necesidades.

La madera aserrada puede presentarse en varios acabados. En bruto, conserva una superficie rugosa y tolerancias dimensionales más amplias, adecuada para usos donde la precisión no es tan crítica. Por otro lado, la madera cepillada pasa por un proceso de alisado que mejora la precisión de sus medidas y su acabado superficial, pudiendo presentar cantos vivos (rectos) o biselados según el uso requerido.

Una vez obtenidas las piezas principales, se realizan estas operaciones de canteado y retestado para definir el ancho y largo final, eliminando impurezas y partes irregulares. La madera aserrada se clasifica según dimensiones y calidad, y puede recibir tratamientos protectores contra hongos, así como un proceso de secado, ya sea natural o en cámaras, para reducir su humedad y garantizar su estabilidad y durabilidad antes de su uso final.